04.04.2022
Esta tarde, Ocean Rebellion ha iluminado la escultura de un barco frente a la Organización Marítima Internacional (OMI) con las recientes palabras del discurso de António Guterres (Secretario General de la ONU) sobre el IPCC: "Los mayores contaminadores del mundo son culpables de incendio provocado de nuestro único hogar". La marea negra bajo el barco, vertida por los dos responsables de la industria petrolera fósil que se encontraban cerca, es un testimonio de la continua ignorancia de la OMI, a su vez un organismo de la ONU, que sigue permitiendo la quema de fuelóleo pesado (HFO), incluso en la región ártica.
La OMI sigue ignorando su deber de regular las emisiones del transporte marítimo. Al permitir que los buques quemen HFO, la OMI está aumentando significativamente la contribución del transporte marítimo a las emisiones de CO2 en lugar de reducirlas en línea con el Acuerdo de París. Además, el carbono negro del HFO quemado cae en forma de hollín y hace que los casquetes polares absorban más calor y se derritan, acelerando aún más los aterradores bucles de retroalimentación del calentamiento planetario que amenazan todas nuestras vidas.
El carbono negro es especialmente peligroso cuando lo emiten los buques en el Ártico. La OMI lleva más de una década debatiendo normas sobre el carbono negro y lo mejor que ha conseguido es comprometerse a cambiar voluntariamente a combustibles más limpios. La industria naviera ha demostrado ser incapaz de autorregularse y está poniendo en peligro innumerables vidas. Ha llegado el momento de establecer una norma vinculante para hacer frente a esta potente fuente de calentamiento climático.
La OMI debe poner fin a esta estupidez ahora: el cambio voluntario nunca ha funcionado, ¿cuándo ha ofrecido alguna industria algún compromiso significativo con el medio ambiente? La OMI debe actuar para poner fin al uso de HFO ahora, no sólo en el Ártico, sino en todas partes: si es ilegal quemar un tipo de combustible en tierra, entonces debería ser ilegal quemarlo en el mar. Al fin y al cabo, acaba en el mismo sitio: nuestros pulmones.
La ONU habla mucho. La Organización Marítima Internacional y la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos son organismos de la ONU. Pero ambos son marionetas de las naciones ricas. Ambos están totalmente corrompidos por la industria y ambos gobiernan el océano en nombre de mantener el dinero donde se encuentra actualmente. No es culpa de la ONU, simplemente no tiene ningún poder real.
Recientemente, la última ronda de negociaciones para un nuevo Tratado de Alta Mar terminó sin acuerdo. Esto significa que diez años de negociaciones no han producido resultados. El mayor ecosistema del mundo, que cubre más de dos quintas partes de la superficie terrestre, sigue sin protección.
Mientras tanto, los recursos genéticos de alta mar están siendo explotados por ricas empresas con sede en sólo unos pocos países. La pesca subvencionada de un puñado de países está saqueando su frágil medio ambiente. Sin esas subvenciones, actividades nocivas como la pesca de arrastre de fondo en aguas profundas se simplemente no se producen. En alta mar, mientras tanto, la perspectiva de un La minería en aguas profundas está cada vez más cerca.
La época de las aventuras coloniales nos ha dejado un compromiso con la "libertad del mar", un principio que sigue autorizando el saqueo sin límites del frágil entorno marino. Cuanto más esperemos a un nuevo Tratado, más daño se hará. Como ha señalado Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda, "No podemos dejar que 95% de nuestros bienes comunes globales se conviertan en un territorio de bandas sin el imperio de la ley". Pero debemos esperar, ya que los países presionan para diluir las protecciones medioambientales en un nuevo Tratado, y para excluir las actividades pesqueras de cualquier regulación.
Rebelión Oceánica exige: La ONU debe formar un nuevo organismo transparente y representativo para gobernar el Océano en beneficio de TODA la vida. Este nuevo organismo debe tener como única medida de éxito la restauración y reposición del Océano. Debe sustituir el poder corporativo por el poder popular. Y debe representar a las muchas formas de vida marina que hacen del océano su hogar.
El destino del Océano depende de todos nosotros.
Le informaremos de lo que estamos haciendo para ayudar.